Uno de los problemas más comunes a nivel podológico son los uñeros. Esta patología se denomina onicocriptosis y también es conocida como tener la uña encarnada. En muchas ocasiones el problema simplemente produce sintomatología dolorosa, no obstante, en otros casos puede verse con infección de la zona, inflamación, pus o algún granuloma.

Las causas más comunes por las cuales sucede esta patología son principalmente tres.
- 1. El calzado: El hecho de llevar un calzado, el cual haga que los dedos estén apretados, bien debido a la propia horma o a la puntera, puede ser una de las causas. Lo ideal es llevar un calzado que tenga una horma ancha, siempre de acuerdo a la propia morfología del pie del paciente y utilizar la talla correcta. Una talla de menos es en algunas ocasiones el principio del uñero.
- 2. La biomecánica del paciente: Cada persona camina de una forma diferente. Los movimientos del pie y su relación con el tobillo, rodilla, cadera y otras estructuras es a lo que nos referimos cuando hablamos de biomecánica. El exceso de pronación o supinación del pie puede hacer que el dedo realice un movimiento de torsión, siendo más posible la aparición de un uñero. Es por eso que en una visita podólogica, por raro que te parezca, además de solucionar el problema y la sintomatología, exploraremos al paciente para conocer el origen y si es de causa biomecánica o no.
- 3. La morfología ósea: Una exóstosis es una deformación ósea que puede producirse en cualquier hueso. Cuando esta ocurre en la falange distal puede ejercer una tracción sobre la lámina ungueal y hacer que esta se vaya metiendo hacia los canales ungueales, es decir, que se empiece a clavar. Valorar esto a la hora de ver un paciente con este problema es importante ya que puede ser el motivo por el que el problema se repita durante el tiempo a pesar de eliminarlo en cada sesión de podología.

¿Cómo se soluciona?
Antes de contestar a esta pregunta, creemos que es fundamental contestar a cómo se puede prevenir. Algo muy importante es cortarse las uñas de una forma adecuada. Esto significa realizar el corte con un alicate y no con tijeras y ni cortauñas, ya que realizan un corte que no es recto. El corte debe ser lo más recto posible teniendo en cuenta siempre la propia forma de la lámina ungueal. Las esquinas nunca se deben angular, ya que esto provocará que cuando crezca la uña tenga más posibilidades de clavarse en la piel y originar la uña encarnada u onicocriptosis.

La solución a este problema dependerá en primer lugar del estadio en el que se encuentre la patología. En primer lugar y siempre que se pueda, se optará por un tratamiento conservador. Este consiste en realizar una espiculotomía y unas curas pautadas. Otra posibilidad es poner unos brackets en la uña para intentar despegarla de los canales ungueales, esto se denomina ortonoxia. Existen más tratamientos conservadores para solucionar este problema, no obstante, cuando existe granuloma o el problema es persistente en el tiempo la solución que más conviene puede ser la cirugía de onicocriptosis. Este tratamiento ya no es conservador, sino que es un tratamiento definitivo para solucionar la afección.
Cuando empieces a notar molestia, avisa al podólogo. Siempre será mejor pillar el problema a tiempo que en un estadio más avanzado
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